domingo, 22 de junio de 2008

¡Qué éxito!

Dicen los especialistas, los psicólogos específicamente, que cuesta mucho al ser humano esconder o disimular las emociones fuertes, como la sorpresa, el amor, o el odio en demasía. Que el rostro refleja inmediatamente la intensidad de dichas emociones, para luego hacerlo el resto de nuestro cuerpo. Así, vemos personas que tartamudean, o se les observa algún tip o enmudecen sencillamente.



Hoy vi una película de esas antiguas que contaba la historia del “milagro de Fátima”, esa misma donde dos tres chiquillos en Portugal, a principios del siglo XX, vieron a la Virgen María. La verdad me impresionó el rostro de la niña mayor, sólo 10 años, viendo la luz resplandeciente que emanaba del firmamento y en medio de la cual flotaba la imagen de la Virgen. No era sorpresa, ni alegría, sino una especie, y valga el oxímoron, de éxtasis calmado.Es una frase bien trillada, pero el rostro de esa niña era un auténtico poema.
Recordé a propósito de esto, una película extraordinaria que protagonizó hace un tiempo Jodie Foster que se llama “Contacto”. Concretamente la escena en que por espacio de segundos viaja al espacio a la velocidad de la luz y se encuentra con un universo extraordinario, colorido, esplendoro e indescriptible. El rostro de la actriz impacta cuando se queda mirando semejante aparición, semejante belleza y exclama absolutamente sorprendida y con los ojos llenos de lágrimas: ¡esto es poesía, poesía. Han debido mandar no un científico, sino a un poeta para que pudiera describir todo esto!





No les bajo ninguno de los dos videos para que lo comprueben por ustedes mismos, porque de esta última película hay un video horrible doblado al español de España y dan ganas de llorar porque uno cree que de pronto a la Foster se le va a salir, en medio de la impresión, un españolísimo “!!Joder, Dios!!” y de la primera película, pues es tan vieja que no hay video alguno por ahí.
Pero dejo aquí algo que es exactamente igual. De un idéntico que ni Marina Baura en “ La Usurpadora” Vean la mirada que le dirige un mortal, simple, sencillo y hasta simpático a una deidad, al ser supremo, a la aparición misma de la perfección divina hecha hombre. Esta vez el fenómeno celestial lo presenció un venezolano, ¡qué éxito! Yo no vi en ese momento, la pelea con la cual Francisco Morochito Rodríguez ganó la primera medalla de oro en unos juegos olímpicos para Venezuela, pero coño, así me siento de orgullosa.
Vean ese rostro embelesado, María purísima!!!








3 comentarios:

FR dijo...

Después de ver ese rostro me pregunto sobre todas las boludeses que se dicen cuando un líder con carisma del tercer mundo convoca a sus seguidores a una plaza: fanáticos, crédulos, hipnotizados. Pero nunca vi a nadie con ese rostro.

FR dijo...

Hace mucho que no sabemos nada de ti...
estas bien?
Saludos, un beso, desde Verboamérica

Unknown dijo...

UN text- documento que deja pensando e invita a lareflexión de muchos.
le animo a continuar de tal modo con tales publicaciones.
invito amis blogs

www.walktohorizon.blogspot.com

www.cuerposanoalamcalma.blogspot.com


www.newrtdeco.blogspot.com

www.lsrecetasdelaabuelamatilde.blogspot.com

www.panconsusurros.blogspot.com

saludos mary carmen