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sábado, 12 de enero de 2008

DE LA PAVA Y OTROS ASUNTILLOS COMO MARULANDA


La sabiduría popular reza que cuando uno está “salao”, hasta los perros lo orinan y que en los casos de la mala suerte nada es más recomendable y terapéutico que bañarse con cariaquito morado (flor pequeña y de sabor dulce que tiene ese color y a la cual se le atribuyen poderes mágicos).

También dicen por ahí, que unos ramazos invocando con un puro o tabaco a María Lionza y a Negro Primero, que creo que es el mismo que el soldado desconocido (dónde andará el libro de Historia de Venezuela a ver si por fin salgo de mi ignorancia) son un tiro al suelo en esto de quitarse la pava de encima.

Buscar hasta debajo de la tierra un trébol de 4 hojas, ponerse la ropa interior al revés y otras cosas similares y que varían de acuerdo a las tradiciones de nuestros pueblos, son más que buenas pal asunto de exhorcisar la mala suerte. Eso dicen los entendidos en la materia, desde el mago Merlín, pasando por Walter Mercado y hasta Adrana Azzi y este muchacho amanerado que se autonombra el “arquitecto de sueños”. (quién sabe si ni bachiller es)
Bueno mi Presi, me imagino que usted debe tener alguien a su lado que le dé luces al respecto, porque la verdad algo está pasando. Los astros actúan en su contra, Mercurio retrógrado hace de las suyas o alguien le echó una maldición de esas implacables (no descarto a María Isabel. ¡Que no agarre yo a esa muérgana!)
¿O será que alguien lo está asesorando a usted mal? Bueno por ahí decía Robespierre que la traición sólo era cuestión de fecha y hora. En fin, no se sabe lo que ocurre, pero es el caso que desde por allá en septiembre las cosas no le están saliendo así como que a pedir de boca:
Primero el inoportuno del Rey. Sin comentarios.
Después, Uribe se echó para atrás. En venezolano callejero y un tanto prosaico: Uribe arrugó en este asunto tan hermoso y ya en usted de un cotidiano, que ni la harina Pan en el vernáculo menú nacional, que era esto de servir de intermediario para la liberación de Ingrid Betancourt y otros rehenes. Lo del colombiano fue verdaderamente injusto habida cuenta de que en Chile, durante aquella cumbre aciaga, usted y él andaban como dice mi comadre de pipí agarrao (Para los eruditos y amantes del léxico académico, léase “con mucha camaradería y confianza”) Que después de tanto tiempo invertido le haya salido con esa de que ya no hay negociaciones para liberar a ningún rehén, oye!
Seguidamente, pierde las elecciones para la tan por usted ansiada reforma de la Constitución. Mire Presidente, lo suyo es para admirar. Cualquiera en su lugar se hubiera dado por muerto políticamente. ¿No le pasó lo mismo a CAP cuando usted le dio aquel legítimo golpe de estado en el 92? Porque además de eso, también le tocó escuchar nada más y nada menos que a la Ex, a Marita, vociferando que a usted había que reducirle el mandato y que usted y que no le pasaba el potecito de leche a la niña. ¡Tan malvada, como si ella no supiera que la leche la tienen acaparada!
Entonces, para sorpresa de sus enemigos, agarró fuerza de donde no las tenía y aceptó la derrota gallardamente, como lo hiciera en el 92. ¡Nada más digno!Claro que después de eso, y aquí es donde veo este asunto de la mala suerte rondándole, pues no pasaron dos días y ya estaba usted otra vez, así como quien dice: embarrándola. “Disfruten su victoria de mierda” Vértica, Presi. ¡Si un día antes usted se veía gallardo, democrático… benévolo al punto de recordarnos a Américo Montero haciendo el papel de José Gregorio Hernández.! No hay derecho, sabe. No hay derecho.


Ajá. A finales de diciembre volvimos con el asunto del rescate de los compatriotas Clara Rojas, Emmanuel y Consuelo. Y la mala suerte otra vez: apareció Emmanuel. ¡Estos milagros de Uribe! (¿Será porque era Navidad?) El niño no estaba con las FARC, como decían los guerrilleros.

Pero el aliento recobramos cuando por fin las FARC reconocieron su error, su falta de humanidad y soltaron, para gloria de Dios, a las dos rehenes.
Cuando todos los que somos chavistas, celebrábamos la vuelta de la buena estrella del Presi, sacando a un lado la ratificación del mismo gabinete, usted nos viene ahora a decir, alabado sea el Creador, nada más y nada menos lo que se ha constituido en un caso inédito dentro del Socialismo mundial: hay que invitar a la Burguesía y el empresariado nacional a que participen en la Revolución, porque ellos y que quieren lo que lo que todo revolucionario: tener un País. Porque ellos tienen que darse cuenta de que sólo a través de la Revolución que usted preside, Venezuela será una potencia mundial y eso le interesa a la Burguesía Nacional.

Cuando escuché esto se me cayó la tacita de café, igualito y me imagino, que como se le cayó a Raúl Amundaray en “El derecho de nacer” cuando supo quien era su verdadera madre. Yo que siempre pensé en la dictadura del proletariado y la desaparición de la burguesía y esas cosas románticas. ¡No ta fácil!

Y como número final, ahora usted Presi, nos viene a decir a revolucionarios y creyentes que las FARC son los Niños Cantores de Villa de Cura que están jugando a los soldaditos en las montañas, que son unos boys scouts y que Marulanda es algo así como un San Francisco de Asís pajarillos silvestres, incluidos. Nos viene a decir, banda terciada en pecho y todo, que Marulanda y su combo latino son un grupo que lo que quiere es un espacio político, o sea más o menos lo mismo que afirmaban los socialistas utópicos (en latín vulgar: pendejus soñadurum est) , o sea una suertede incomprendidos sociales y ácratas, a los que usted seguramente apoyará no tanto materialmente, que pa eso aquí rial de sobra, sino moralmente que es la forma en que estos gestos más se agradecen.
Pues mi desconcierto ante tanta mala suerte suya es total. Cuando no viene de afuera, entonces usted mismo se encarga de echarse la burra pal monte (variación caribeña de la afirmación de la escuela pragmática gestaltista que dice: sabotearse uno mismo sus éxitos).
Así que, como las cosas andan en ese tono, yo que usted me tomaría en serio el asunto y buscaría soluciones más rápido que inmediatamente. ¡¡No vaya a ser!!