sábado, 8 de marzo de 2008

La arrechera de Rafael Correa


La última vez que mi corazón sufrió de una congoja similar a la que sentí ayer fue cuando vi el ante penúltimo capítulo de “Las Juanas”, donde Doña Doña reunió en la sala de su casa a las cuatro Juanas, a Rubencito y al señor Salguero para decirles que su hijo Rubén no era hermano de Juana Valentina, lo que significaba desde luego que ambos, después de tanto sufrimiento, serían felices para siempre.
El capítulo fue, como diría mi amor, de colección. Doña Doña, parada en el centro de la sala, abrió la escena con aquellas memorables palabras: ¡Esta pelea me la ganó el amor! Y después echó el cuento de cómo había nacido Rubén Calixto ante el lagrimero y la perplejidad de todos los presentes. Lástima que no estaba allí Manuel F. que era más o menos el “malo de la película”, un hombre torpe que alguna vez se alió con Doña Doña, para echarle a perder la vida a los protagonistas.
El caso es que ahí, a fuerza de tanto drama, hasta los camarógrafos lloraron y, la verdad, yo más atrás, solidaria con Angie Cepeda que amaba a ese hombre como nadie y se pasó la novela completica diciéndose "no puede ser: es mi hermano!". Y claro solidaria con el pobre Rubencito que estaba más anonadado y más confundido que perro en lancha. ¡Diossss!
A la XX Cumbre le debo ese triste recuerdo.
¡Qué conmovedores se veían todos llamando a la concordia y a la tolerancia!; que bellos se veían , sonreídos, diciendo que el llamado era por la Paz, así como las misses. Que aquí no pasó nada, que son gajes del oficio eso de pararse ante unos cien micrófonos a decir que Uribe es lacayo del Imperio y narcotraficante, hipócrita y mal nacido y que Chávez y Correa son narcos-guerrilleros y tengo las pruebas, aquí las traje y bueno si las trajo muéstrelas que yo no tengo nada que ocultar ni qué temer y a mí no me digan lacayo porque se lo voy a decí a mi papá pa que les pegue.
¡Yo estaba de un conmovido! Después de dimes y diretes Uribe se paró a estrechar la mano de Correa, y luego la de Chávez, ante lo cual la concurrencia se desbordó en aplausos y un coro de ¡BRAVO! ¡BRAVO! se oyó como si esa vaina fuera el último concierto de Dudamel en Alemania. Allí se abrazó todo el mundo, el abrazo en familia que llaman. Aplausos, conmoción, júbilo. ¡Qué dulzura! Y como dijo Doña Doña, “esta pelea la ganó el amor! O sea, lo que antes era negro, por las mágicas razones de la política, ahora es blanco. Lo que antes era malo ahora es bueno, lo que era el sur, ahora el norte, o sea, lo que antes era porquería ahora son florecitas, y cuándo nos sentamos a conversar sobre intercambios comerciales o del clima en Sabaneta que es exactamente lo mismo.
El único que no estaba como muy contento con el circo este que representaron todos memorablemente ayer, era el presidente Correa. La verdad, no tenía la cara de Rubencito, sino más bien esa que pone uno cuando va al mercado y en los estantes donde debe estar la leche sólo está un cartel bien grande que dice: No hay ¡(qué arrechera! (*) como si el vacío no fuera suficiente)
Con su rostro y ese gesto de darle la espalda a Uribe, Correa le dijo al mundo, lo que después reafirmó con sus palabras, y esto es su indignación por la violación descarada del gobierno colombiano a su territorio, con el agravante de que también lo acusó, amparado en unas supuestas pruebas, de que él era un aliado y colaborador incondicional de las FARC.
Lo que a mí me dijo la cara que tenía Correa, fue que esas pruebas, Uribe, se las puede meter por donde el sol no le pegue, porque usted es culpable, aquí y en Júpiter.
La política es una mierda, sin duda. A punto estuvimos de entrar en un conflicto de pérdidas mayores y todo por culpa de Manuel F, y su afán de complacer a Doña Doña.
Por fortuna, si bien no venció el amor en este caso, por los menos la hipocresía sirvió para algo.



(*) En Venezuela, dícese de un estado de ánimo caracterizado por el enojo, la rabia, la ira, la indignación, el cabreo, la cólera, todo eso junto, es decir, la arrechera.

5 comentarios:

Black dijo...

fijate que yo pense que solo yo habia tenido la impresion de que correa tenia cara de niño regañado como que si su mama chavez le hubiera dicho "mijo no se ponga trompudo y vaya a darle la mano al niño Uribe".... a mi muy personal opinion, creemelo este me parecio un circo de payasos en el cual una bandita de payasos baratos se pusieron al brinco y al fin y al cabo no fueron mas que palabras, digo por la paz que bueno que no paso a mas, pero que peligroso es darle poder a las palabras o que credibilidad tendran como politicos gente que solo habla y amenaza pero no tiene la certeza de lo que dice o la magnitud de la gravedad de sus comentarios. saludos hasta Venezuela, amiga un caluroso abrazo desde Guatemala

Cecilia de la Vega dijo...

La política... ¡qué arrechera!
¿No digo que son todos iguales? Son una gran familia de mafiosos. No se salva nadie. He perdido la capacidad de asombro y la fé en los dirigentes. Ninguno resiste un archivo.
Abrazo amiga!

More dijo...

Ceci, en cambio, amiga, yo soy una perfecta tonta, porque a mi esta gente me asombra a diario!! Qué bárbaros!!!

Gracias Wizard, la verdad la solidaridad se agradece. Yo no sé, a mi Correa, a lo mejor me equivoco, me pareció genuino en sus expresiones, mucho más que Chávez y ni qué hablar de Uribe. Ese no es genuino ni el trance del confesionario.

No amiga querida, ahí hubo de todo. El único que faltó fue El Puma y su: "Agárrense de las manos, si ya encontraron su amigo..." para que el show fuera genial.
Un beso.

alfredo447 dijo...

Yo quisiera pensar que espectáculos como estos no se volverán a repetir...
Pero ya mañana nadie recordará las promesas, los muertos, las amenazas y los abrazos. ¿Quién nos garantiza que no?

More dijo...

Nadie, mi querido Alfredo. Nadie garantiza eso.
Un abrazo, que bueno que estés de vuelta.