miércoles, 28 de octubre de 2009

El pene de la señora Clinton


Estimada señora Clinton:

Me gustaría que fuera esta, aunque tardía, la oportunidad de expresarle, mi profundo sentimiento de solidaridad hacia usted por aquellas horas aciagas que su compañero de vida y por desgracia presidente de los Estados Unidos tuvo como decimos aquí el “tupé” de proporcionarle a usted… y a la Patria. Claro está que cuando se trata de una humillación de ese calibre, la Patria ¡qué coño!



No, no es ese el propósito de esta misiva pero valga el momento para expresárselo y con él mi admiración más profunda, profundísima. Porque verla a usted tan incólume, tan regia, tan estoica bajo aquel chaparrón es el acto de heroísmo más grande jamás visto en mi vida tercermundista. Desde ese momento señora Clinton, usted se convirtió en mi héroe, en mi modelo a seguir, (diría que en mi guía espiritual pero ese lugar lo sigue ocupando la compatriota Carolina Herrera) porque definitivamente hay que tener guáramo para soportar con tanta dignidad y elegancia que el hombre en quien creemos, el compañero y padre de nuestros hijos, dice públicamente y en cadena nacional que él jamás había visto a Mónica Lewinski, que más familiar le sonaba el nombre de Lila Morillo que el de Mónica, para que horas más tarde terminara confesando semejante inmoralidad perpetrada justo en el lugar donde propósitos más nobles y menos freudianos albergaron la gloriosa humanidad de quienes dirigieron y dirigen los destinos de esa Nación.



Señora Clinton, le repito, no es la finalidad de esta misiva decirle que estuve con usted patria o muerte a la hora en que el bandido le supo a soda su promesa de respeto ante el altar. Definitivamente yo comparto su opinión: es inútil recordar ciertas disonancias tristes de la vida por razones elementales de salud mental, llámese Mónica Lewinsky o llámese la guerra de Irak.



Mi propósito es otro: pasa que acabo de leer una de esas noticias que uno no puede pasar por alto y que hace referencia a un Informe que usted escribiera en el cual denuncia que en Cuba y en Venezuela existen “restricciones y abusos a la libertad religiosa” y que, específicamente, en Venezuela, “se ponen trabas a la libertad de culto” Quise pensar primeramente que se trataba de una pésima interpretación que el Diario que reseña la información hizo de su Informe. Pero de no ser ese el caso, y apegada a la admiración inquebrantable que le profeso, me veo en la obligación de sacarla de su error. Error este que puede ser producto de muchas cosas. Por ejemplo se me ha ocurrido que haya echado mano de las encuestas que suele hacer el director de Datanálisis casi mensualmente. Y de ser así permítame recomendarle que las ignore, sabe usted, porque esta gente siempre está diciendo que Chávez ha bajado su popularidad, que si las elecciones son en este momento Chávez pierde y que las vacas vuelan, pero cada vez que hay elecciones, resulta que Chávez gana con una ventaja que ni Cañonero en sus mejores tiempos y cada vez que uno ve el cielo, pues las vacas brillan por su ausencia.



Sea como sea, señora Clinton, usted, como dice un alumno mío “está más pelada que bola de sádico”: aquí no existen restricciones religiosas de ninguna índole: aquí hay santeros, protestantes, rosacruces, harecrisnas, maranatas, gurúes, gente como yo que cree que Jesucristo es un extraterrestre y no le cuento más.
Aquí tampoco se ponen trabas a la libertad de culto. Aquí le rendimos culto hasta a "Sábado Sensacional", créamelo.



Ahora lo que sí le voy a decir es una cosa ,y a lo mejor por ahí viene su justificada mortificación y en consecuencia la razón de su Informe: aquí no le estamos rindiendo culto a Dios ni a ningún santo (me temo que Dios y sus allegados están así como en bajo perfil) Por el contrario lo que sucede en este país es que un pocote de venezolanos (muchos para su desgracia) le están rindiendo culto es al mismísimo demonio. Así como lo está leyendo. Persígnese. El culto que se rinde aquí es al mismísimo Satanás. Ese mismo que huele a azufre y tiene cachos, sólo que encarnado en la persona de Hugo Chávez.



Por tanto, señora Clinton si usted tiene que rendir un informe, si unido a la loable tarea de desarrollar programas de paz en Afganistán, está el redactar ese maravilloso informe, adelante, hágalo. Pero, caramba, hágalo partiendo de la realidad y no de un chisme de uno de estos ineptos de la Oposición, cosa que no quede como una vulgar pirata ante el país que usted dirige. Ajá, bandida, porque ¿no me irá a negar usted que Obama es un parapeto? ¿No me va a decir usted ahora que quien preside la Casa Blanca es un condenado negro mojino? ¿No me negará que es usted justamente quien ostenta para gloria de dios ese cargo, verdad?



De tal manera que van otras humildes recomendaciones: no pierda su tiempo llevando tal informe al ilustrísimo Senado de los Estados Unidos de Norteamérica, o a la ONU que es más inepta todavía que la Oposición. Llévelo a la Santa Sede en Roma para que el santísimo Padre estudie la posibilidad de venir él mismito a librarnos de este muérgano, de este demonio que nos tiene condenados a la más completa y aterradora oscuridad. Y no crea que esto lo digo por el racionamiento del servicio de luz eléctrica que quién ha visto cosa semejante en pleno siglo XXI. Es que este ser de las tinieblas convirtió este país en la quinta paila del infierno.



Vuelva a hacer ese informe, señora Clinton. Vuélvalo a escribir, ¿cómo se lo pido? Porque es que ese que usted escribió, en la autenticidad de sus palabras, tiene una extraña semejanza a la primera declaración del señor Clinton, gracias a Dios que no a su pene porque según y dicen Mónica Lewinski por lo menos en la Casa Blanca ya no anda en tales menesteres y yo a usted no me la imagino en eso.

2 comentarios:

. dijo...

More... puedo tutearte?? siempre te leo... y siempre me sorprendes... aunque es la primera veaz que te escribo, creo. Eres genial! mujeres así necesita este pais.

More dijo...

Épale "Mano Negra", gracias por los elogios y claro que puedes tutearme. Tan viejita me veo?