Suelo recordar por los días de diciembre, mes alcanza en ocio a los primeros días de enero, aquellos otros lejanos diciembres en los que en mi casa y en todas las casas de mi barrio, se escuchaban los discos de la Billos´s y Los Melódicos, por no mencionar a Damiron y su inolvidable Piano Merengue. Yo me cansé de bailar con estas orquestas pero además, ver a los demás bailando era motivo de fascinación para mí. Como la mayoría de la gente pobre es solidaria, los long play (para la época don play) a la hora de las fiestas, iban de casa en casa, por lo cual las guarachas, merengues y los apretujones en el anhelado momento del bolero, frecuentemente eran frustrados por algunas interrupciones, saltos, diríase que ciertos tartamudeos en la voz del intérprete, algo imposible de ocurrir ahora. Ciertamente, a fuerza de uso los discos indefectiblemente se “rayaban” No era raro entonces ver a los bailantes, desconcertados, perder el paso. Recuerdo especialmente una vez que estando las parejas cachete con cachete y los ojos cerraditos, los abrieron consternados en el trance del Mosaico 17, cuando la adorable voz de José Luis Rodríguez decía” mujer, si puedes tú con Dios hablar pregúntale si yo te ha dejado de ado, ado, ado, ado.y como diez ados más. Tuvo la dueña de la fiesta que venir a “empujar” la aguja para que el Puma pudiera decir “adora”r como Dios manda. (Coño e su madre, me imagino que pensaban las parejas, como no se rayó cuando Cheo dice” ay pajarito volandero” que es casi cuando se termina el disco)
Ahhhh! Qué época esa.
Y bueno, la tragedia era momentánea, porque la gente se aprendía el sitio donde el disco tartamudeaba, y cuando la cosa era ininteligible, se compraba otro disco y punto.
De estas cosas de la infancia me he acordado en estos días, justo cuando miraba la toma de posesión de los nuevos diputados y la elección de la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional, porque, con la honrosa excepción del discurso de Aristóbulo Istúriz, el resto era un ado, ado, ado, insoportable. De la Oposición, qué decir que no sea redundar. Como alguna vez escribí, la Oposición no defrauda, no decepciona. Se esperaba que dijeran que Chávez es un dictador y eso dijeron. Se esperaba una actitud absurdamente triunfalista, prepotente; se esperaba insensatez a la hora de proponer a los” cabecillas” de la Asamblea y fue precisamente eso lo que vimos. A nadie sorprendió que la máxima aspiración de la Oposición para presidir la Asamblea Nacional fuera alias Mazuco, condenado a prisión por la autoría intelectual de un crimen. Nada más y nada menos. De no estar ya momificado el cuerpo del ilustrísimo don Rafael Caldera y de haber estado Evelyn Trejo de Rosales honrando el recinto, posiblemente hubiera sido el Ex otra de las fantásticas fichas de la Oposición. Repito: ellos nunca nos defraudan.
Ahora, los que sí me siguen defraudando son los “nuestros” palabra que escribo con el menor desapego. Habla la camarada Cilia, toma la palabra la compatriota Iris Varela y a mí me duele el estómago y me dan calambres en los ovarios porque, lo mejor que se le dice a esa cuerda de buitres es que ellos no tienen autoridad moral para decir esto o gesticular aquello. Desde el 2002 estamos igual que el Puma: ado, ado, ado, ado, repitiendo el mismo cuento, recurriendo a la misma excusa: no tienen autoridad moral. Uno pasa el mal rato de ver ahí a Marquina; uno se expone al calvario de escuchar la voz de Ramos Allup y lo único que le pueden decir los diputados oficialistas no sólo a ellos, sino al país, es que ellos CARECEN DE AUTORIDAD MORAL. Bueno, si el asunto es de moral, y de figura pública se trata, la verdad que estamos jodidos todos. Aquí nadie se salva. En cuanto a moral, por el único que yo metería la mano en la candela es por Raúl Amundaray que jamás ha protagonizado un escándalo de ninguna clase, que jamás por decir lo menos, le dio un beso “mal dado” a nadie. De resto…
La moral es en nuestro caso, y en el caso quizás del mundo entero, una entelequia, una abstracción que de poder, deberíamos exhibir, junto a la Constitución, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas para que todos los venezolanos la veamos, y digamos mira qué monada, qué cuchi cuchi, qué estilo. Pero hasta ahí.
La respuesta a los desmanes de la Oposición es que ésta carece de autoridad moral. Es verdad, carece de moral, pero de autoridad jamás. Y esa autoridad, entendida como una facultad, como una atribución, no se la ganó la Oposición por sólo mérito propio. Esa autoridad se la devolvió el Estado el día y la hora en que el Oficialismo decidió pasar por encima de la Constitución, de las leyes, y hasta por encima de la lógica más simple, para hacerle concesiones a la Oposición en nombre de un tal humanismo con el cual la Oposición se ha venido limpiado el trasero, por lo menos desde el 2002 hasta la fecha. Esa facultad les fue devuelta por el mismo Gobierno, el día y la hora en que el Oficialismo no hizo autocrítica, porque a Chávez, como a todo militar, no le gusta la crítica así nos haya querido demostrar lo contrario las veces que ha invocado esa otra abstracción que se llama las tres R; esa atribución se la ganaron ellos en el momento en que ante los hechos de corrupción del gobierno, la anterior Asamblea Nacional y los poderes públicos guardaron silencio ¿Quién dice ñe de Juan Barreto, que según la lengua de los vecinos, se llevó de la Alcaldía hasta los ceniceros, una criatura que ni siquiera fuma? ¿Dónde está Acosta Carlez? ¿Quién está investigando la fortuna inconmensurable de Diosdado Cabello y de otros más? Nadie en absoluto.
Por eso a mí me da como pena por no decir que arrechera, cada vez que el Presidente o Roy Charleton se plantan en la Asamblea de la ONU a echar el cuento del golpe de Estado .A mí eso me suena a ado, ado, ado, y lamento no estar yo allí o en la Asamblea Nacional cada vez que a Cilia le da por recordar, porque es que yo pondría cara de aburrimiento y les diría: comprendemos su sentimiento señor Presidente, nos solidarizamos con su indignación, pero qué ladilla, qué soberana y constitucional y bolivariana ladilla! Apliquen las leyes y punto. Ninguna Revolución, pregúnteselo a Fidel, se sostiene en un estado de impunidad perenne y no estamos en los tiempos de poner la otra mejilla. Ninguno de los que estamos aquí tenemos la culpa de que María Corina Machado, firmante del decreto único de Carmona, no haya pasado ni 24 horas presa en una prefectura. y ahora esté de lo más pulcra y cara de culo en la Asamblea Nacional. Así que qué ladilla, señor Presidente, qué fastidio diputada Flores, 10 años en que la filosofía del Gobierno, el slogan, la clave, se reduce a esas palabras: no tienen AUTORIDAD MORAL. Vaya y venga los primeros dos, ¿pero 10 años? ¡por favor!
Aquí le podemos cerrar la jeta a esos forajidos de la Oposición que hoy en día hacen las veces de diputados en la AN. Aquí nos podemos revolcar en ese placer. Pero a lo mejor un día la Oposición se vuelve inteligente, en la acepción de Gustavo Cisneros y su canal libre e independiente y su información veraz y equilibrada, y yo no me canso de preguntarme qué va a hacer el gobierno ese día. Qué vamos a hacer cuando a la Oposición en pleno comprenda que la “nota” es cambiar de táctica y se termine de aliar con el gobierno. De qué va a vivir Mario Silva y todos los programas que se basan puramente en las críticas a la Oposición; qué le decimos al pueblo cuando reclamen por los asuntos del país que no se concretan, cuando denuncien los delitos de los derechistas que están en las filas del gobierno, cuando no sea consuelo que los ladrones, criminales y estafadores de oficio, entiéndase Mazherane, Zuloaga o Manuel Rosales, estén en el exilio todavía jodiendo. Qué nos van a decir al pueblo. ¿Será que van a rayar otros discos? ¿los pocos que quedan del disco de la “revolución?
Al momento que cierro esto, en la entrega anual de la memoria y cuenta, el Presidente le pide a la Oposición que “no perdamos la oportunidad del diálogo y el debate” que no somos enemigos, sino opositores. ¡Por dios! Hablará por usted, señor Presidente, hablará por usted. Esa cuerda de criminales son enemigos míos y de mis hijos, y de los carajitos a los que yo les doy clases que es lo único que a final de cuentas yo entiendo por Patria. Si quiere, hable usted por usted, no utilice ese plural coño e su madre, porque yo me niego a formar parte de él. Yo con esa gente no tengo nada que dialogar, nada que decirles, ni ellos a mí. Yo con esa gente no voy pal baile. No voy.
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