viernes, 14 de septiembre de 2007

EN UNA NOCHE TAN LINDA COMO ESTA... SIN LILA MORILLO

Me tocó por infamias de la tecnología, por imprudencias del destino, ver una parte del show del Miss Venezuela. No sería venezolana si alguna vez no lo hubiera visto. Y debo confesar no sin cierta vergüenza, que hace tiempo vi más de uno, y que alguna vez fui “reina” de algo, porque en mi casa predominaban las mujeres, éramos 5 incluida mi mamá, y a falta de esto que llamamos “cable”, era pues una obligación casi adquirida al nacer. No hay alma femenina en este país que no guarde o haya guardado, el anhelo de participar y convertirse en la señorita Venezuela y traspasar las fronteras nacionales para “representar” dignamente a la nación y por fin luchar por la “paz mundial” y abrazar a cuanto carajito abandonado y con hambre haya por ahí en las calles. No la hay. De modo que ver el Miss Venezuela, en aquel entonces, no sé ahora, era tan cotidiano, como oír el último sencillo de Lila Morillo.
Mi mamá me cuenta que tendría yo unos 4 años, cuando ella ponía en el tocadiscos de la casa los discos de Lila Morillo, que a lo mejor era el único que tenía, y que a fuerza de tanto oírlo me aprendí todas sus canciones. Pero además de eso, la llegué a imitar casi a la perfección. No recuerdo a Lila de entonces; más bien la recuerdo de cuando se presentaba en Sábado Sensacional, donde además de “cantar” anunciaba una tal operación a la que sería sometida y por la cual su vida estaba en peligro mortal. Esto sucedía por lo menos 2 veces al mes: la voz grave del locutor de Venevisión, nos amenazaba con la presentación de la Morillo y la exposición con lujos del detalle de todo aquello que le amargaba la vida a Lila, desde el desapego de su esposo, José Luis Rodríguez, hasta las enfermedades incurables, según ella, que la ciencia le había diagnosticado. La reacción del público, entonces, no se hacía esperar. Es que nosotros somos unos sentimentales del carrizo. Así, Sábado Sensacional, se convertía en la primera urgencia de los televidentes. Atestiguando la noticia, estaba la cara de tragedia de Lila, sus lágrimas y su voz fatigada. A eso se unía también, el rostro tragi-cómico de Amador Bendayán, tocándole la “fibra humana” a la audiencia con comentarios del tipo: “Lila, tú sabes que Venezuela te ama y te apoya y nuestras plegarias estarán contigo en esa hora aciaga de tu operación” Léase: todos estaremos contigo porque sabemos que el desgraciado de José Luis, ni pendiente. La gente recordará que el drama de Lila siempre se redujo a unas simples preguntas: ¿qué hago para que José Luis no me deje ahora que es más famoso que Frank Sinatra? ¿qué hago para que él se dé la realísima cuenta de que por mí y gracias a mí, está donde está?
Si alguna vez Lila fue mi ídolo infantil, como asevera mi madre, la admiración duró hasta que fui testigo presencial de tanta ridiculez maracucha junta. Porque es que tanta ridiculez, no es posible. A partir de entonces comencé a sentir una admiración profunda y maternal por José Luis, no tanto porque canta como nadie, sino porque tuvo que aguantarse los shows ridículos de Lila y eso es como demasiado para un ser humano!. Tal sacrificio lo colocó ante mis ojos como el hombre más sufrido de este país, junto con Hernán Escarrá, por supuesto.
Desde esa época, Lila vino a ser para mí, la personificación de la ridiculez. Por tanto, su presencia en algún evento, espectáculo o afines, se convertía en un acto definitivamente ridículo. Lila fue la ridiculez misma, sólo cruelmente superada por Claudio Fermín, cuando no era espíritu, Desde luego que por algunos Miss Venezuela pasó Lila para hacer lo mejor que hizo en su vida: el ridículo. Ayer noche fue ella el “momento de clímax ridículo” lo que le faltó al show. Hagamos un repaso o como diría el carnicero: vamos por parte.
En primer lugar, de no haber sabido que Celia Cruz había muerto y que cuando lo hizo ya estaba en avanzada edad, hubiera jurado que era una de las mises. Ojo, no es racismo. Soy cualquier cosa menos racista. Era una morenaza pero con una nariz!!! (Érase una mujer a una nariz pegada) y no era sólo eso lo que la hacía lucir como Celia, lo que no corresponderìa a la ortodoxia del certamen, o sea a las mariqueras de Osmel Sousa, era el vestido!!! Oh, el vestido!!!! Celia Cruz lo lució, eso no tiene otro nombre, cuando cantó “La vida es un carnaval”, años ha. Uno no puede imaginarse una Miss como Celia, Dios la tenga en la gloria, porque una nariz como esa y un vestido como ese, coincidiendo en el mismo espacio y tiempo, únicamente, si y sólo si, en la cantante eran y son explicables.
En segundo lugar, y boqui-abierta, no podía creer que todavía se describieran los trajes de los concursantes con frases como: la columna drapeada con cristales de Viena del artista fulano de tal que cubre la impactante figura de…; o, el escote profundo en V que realza el busto (sintético) de fulanita, con falda que baja en capas de hilos bordados en canutillo sueco. O, el diseñador internacional tal, añadió su original toque cuando empleó la organza en este delicado traje de corte imperio y falda acanalada en degradé, que porta magistralmente miss tal. De mi memoria se escapa el nombre de una extranjera, acaso argentina, que hacía lo propio hace 200 años.
Al fondo, y si hay algo que salvar, estaba un señor que no conozco, pido excusas por mi ignorancia, con una flauta simulando ejecutar melodías venezolanas de compositores de la talla de Henry Martìnez, Otilio Galíndez, Federico Núñez Corona y pare usted. Pero qué contraste, qué detallazo Joaquín. Como para que el Ministerio del Poder Popular Socialista Bolivariano para la Comunicación, bla, bla, bla, no fuera a decir que canutillo francés, silicones y regeaton son incompatibles con lo nuestro y que aquí los medios no cumplen lo que una vez se conoció con el nombre de 1 x 1 Ni este señor de la flauta se salvó de que Maite, sobria ella, no resaltara que vestía un hermosísimo traje con diseños de Guacamayas bordadas, elaborado por fulanito de tal en su atelier de París. Arráncame la vida, Joaquín Riviera.
Qué de tiempo hace que no tenía estos encuentros! Creo que la última vez que “disfruté” estas frivolidades ganó una niña que se atrevió a decir que le gustaba la música de Shakespeare, con lo cual se inició con honores lo que podría denominarse, el discurso dadaísta dentro de los certámenes venezolanos de belleza, o lo que es lo mismo la figura por medio de la cual Shakespeare en medio de la miseria y el oprobio, decidió matar unos tigritos tocando un clavicordio en una vieja taberna de Londres . Más o menos la misma intención tuvo Giuseppe Arcimboldo, cuando pintó la su retrato “Vertummus” Por cierto que la niña en cuestión no apareció más nunca. No se dedicó a la animación, a la actuación u otras profesiones similares a las que suelen dedicarse las jóvenes aspirantes al cetro y la corona. A lo mejor a la familia le dio pena la vaina y la encerraron en el convento de las hijas de las Carmelitas descalzas. Otro tanto hubiera hecho yo.
Anoche, a pesar de no estar Lila, la ridiculez se volvió sonora y no tuve menos que prepararme para oìr cualquier cosa en la etapa de las preguntas a las mises. Las niñas respondían, por colocar ese acto inverosímil y estrepitoso en un verbo de uso común, a las preguntas:
Miss Sucre: ¿usted que opina de la campaña contra la violencia doméstica?: pasw, pswa, jajajja, me gusta porque sum sum sum, baba e, yo fui quien la inventó, cho fui la promotora principal de esa campaña demasiado excelente, cho le di vida a esa idea, sólo cho y por eso me gusta. Y es demasiado buena. Aplausos enardecidos!!!
Sarcos: Muy bien, Miss Sucre.
A Miss Vargas: ¿Qué se necesita para ser una Miss, (aparte de ser idiota)? –Ser lo suficientemente astuta para representar al paìs dignamente y luchar por traerse la corona del Miss Universo. Ni fu ni fa, parangaricutirimicuaro, bla, bla,… Gracias Venezuela.
A Miss Barinas: ¿Qué pregunta le harìas a Daniel Sarcos?
Yo dije, ya está, ya le van a caer moscas a la fruta, ya va a salir una de estas rompe grupos y le va a preguntar por la Reforma Constitucional o por los desatinos de Ismael García Pero para alivio de Osmel Sousa y del distinguidísimo jurado, todo se redujo a un simple: ¿Qué diferencias observas tú entre el Miss Venezuela de cuando ganó Susanita y el de ahora?
A Miss Cojedes: ¿Cómo describirías a la mujer venezolana?
Como muy venezolana, (jajjaja): tiene la elegancia de la mujer argentina, plum, plum, jojo, lo caliente de la mujer colombiana, tere-tere.jajajaj, el glamour de la mujer haitiana, blom-blom-, cuti-yo, cuti-no, cuti-se, la ternura de la brasileña y la inteligencia de la mujer peruana. Jajaja Venezuela, los amo!!
Sarcos: excelente respuesta, señorita
A Miss Táchira: ¿Existe el amor verdadero?
Bueno sí, ante todo muy buenas noches, tenga su merced, VENEZUELA!!!!!, claro que existe, porque, ora pues, mi mamá y mi papá, tan berracos, llevan demasiado tiempo de casados y ellos aún se toman de laz manoz, qué belleza, que lindo, y todavía se besan en la boca, vea puesh, y cuando lo hacen me dicen, vaya mijita, que jartera, a comprarse un tintico ahí en la esquina, ola, mire que su mami y yo vamos a hacernos unos cariñitos, ola.
Esta respuesta me conmovió definitivamente y presumo que a Mayte también, porque atinó a exclamar en medio de la emoción que la embargaba: Qué nivel, Dani!!!!Ni Pedro Carmona Estanga cuando leyó aquel histórico decreto!!!!!
Mi hijo dijo en su infinita inocencia “por eso es que este país está como está., Chávez debería acabar con eso” Yo sólo pude atinar a decirle que Chávez andaba en otras cosas menos frívolas y más trascendentales para el país. Y él: en qué anda?
Tratando de devolvernos la identidad perdida.
En ese momento me di cuenta de que echaba de menos a Lila, y prometí que hoy iba a comprarme todos sus discos, como para no sentirme tan culpable de haberla llamado durante tantos años la más ridícula de todas las ridículas, sin tomar en consideración que hay algo tan legítimamente ridículo como ella. ¿Estará abierto a esta hora el Museo de Historia? ¿Alguien tendrá el teléfono de Joaquín Riviera para que me lo facilite?

4 comentarios:

Marta Amelia León dijo...

mam no hizo falta verlocon tu descripcion mas que suficiente... Goce pues

Anónimo dijo...

La misma gente que describe los trajes escribe los discursos de los desfiles militares. Lo único que cambia es que los faralos se reemplazan por el calibre de la munición ;-)

More dijo...

Topocho:
Qué te puedo decir, a mí nunca me gustaron los militares. Me parece que este país son inútiles, decorativos y para lo que sirven es para eso de los desfiles y más nada. Sin duda en este Gobierno, ellos, han recibido más beneficios económicos que cualquier otro "gremio" gubernamental. Y a mi como no me gusta el fanatismo, me resulta repugnante oírlos decir en los desfiles: Patria, soc...bla, bla, bla.
Tú me dices!! Gracias por tu comentario!

Anónimo dijo...

como hay que ver que la gente pierde tiempo..
tu o eres mujer o te la das de mujer...y lo digo con todo el respeto..
porque hablas demasiada BROSA!! bueno corrijo...no hablas **ESCRIBES** mucha basura..
dedícate a algo productivo en vez de pensar en tanta grama..por no decir lo otro...
recuerda que tenemos vida y debemos aprovechar el tiempo en hacer las cosas que en un mañana nos hagan felices...
porque el dia que despiertes y veas la forma tan imbécil como usas el internet publicando comentarios cobardes, sentirás pena por el tiempo perdido.......
has animaciones...videos..cosas en programas de creaciones de videos 4d y publicalas y muestra que puedes ser mejor...pero no cobardemente como pretendes hacerlo............
bien dice la biblia...busca los proverbios..el # 21 dice '' que no hay mejor oro y joyas preciosas que el de una boca prudente''
algo como eso verás...
no soy quien para enseñarte..pero para como está el pais lo que haces no ayuda en nada..........
He dicho!
VENEZUELA EL PAIS DEL SOL!