martes, 4 de diciembre de 2007

Por mi culpa, por mi culpa...!


Por mi culpa, por mi culpa por mi gran culpa…¡ ahhh qué bueno! este el discurso del gobierno en las excelentísimas voces de los diputados de la asamblea nacional. “A mí no me dejaron participar, hay buscar las fallas dentro del seno del chavismo”, lloraba Tascón. “A mí que no me vengan a decir que la Oposición es pacífica porque mi casa la iban a prender en llamas los estudiantes escuálidos” repetía insistentemente Iris. “Saludamos que en democracia este sector (la Oposición) se encamine por la Constitución… En este momento nosotros reconocemos que un sector importante de los que han acompañado el proceso revolucionario se abstuvieron y no fueron a votar” remató finalmente la Sra. Flores que me pareció más vieja y más sufrida que de costumbre. Y Desirée: entonces vino la caperucita y encontró al lobo y le preguntó…. Bla, bla.bla,bla.
Todos, a excepción de unos dos o tres, aplaudieron el valor del Presidente, su gallardía, su gesto de Martín Valiente a la hora de reconocer las derrotas y por supuesto, como es obvio, esos mismos le reiteraron su apoyo incondicional a la intención del Presidente de volver a plantear en un futuro la Propuesta. La intervención fue memorable: Carlos Escarrá se le quebró la voz cuando dijo Patria, Socialismo o muerte: Venceremos!
El consuelo de los asambleístas fue decir que la oposición no había avanzado desde diciembre pasado, pendejos más, pendejos menos se mantuvieron las mismas cifras.¡¡¡ Qué lejos estamos de eso!!! Los tres millones que apoyaron a Chávez el año pasado, esta vez o votaron por el NO o no fueron a votar. Pero no ir a votar, en el caso de estas personas, se traduce en un NO rotundo y más que contundente.
¿O no es así?
Llego la hora del mea culpa, del yo pecador de la Derecha Chavista, que disfrazados han desvirtuado las ideas y las intenciones de los chavistas-pueblo. De los que se restearon con el proceso y pusieron por encima de los intereses particulares, los intereses de la revolución y de los verdaderos revolucionarios que no son esos que aparecen vestidos de corbata o con la franela de manoseada del Ché por la televisión. De ellos, se burlaron y con ellos jugaron pensando que aquí seguíamos los mismos que creíamos en las decisiones presidenciales como venidas de un ser divino y supremo, cuyo margen de equivocaciones era un -2%. Se volvieron a pelá, como dice por ahí la sabiduría popular. Sigan buscando culpables para la derrota, chavistas atormentados por las ansias de poder, disfraces de la 4ta. que se mantuvieron en el carnaval hipócrita del gobierno y que vendieron su alma para seguir dándole concesiones a la burocracia por debajo de cuerda y seguir aprovechándose de su condición de cogollo partidista para llenar sus arcas.
Sigan pensando que este pueblo es bolsa y que se le puede engañar así de fácil. No se baje de esa nube, señor presidente y siga pensando que usted es un elegido por la Divina Providencia que puede idear una Reforma en meses sin consultar al pueblo que lo eligió y luego someterla al juicio, no de ese pueblo, sino de una comparsa de jalabolas que es la Asamblea Nacional prácticamente en pleno y que usted sabía de antemano que iban a aprobarla, precisamente por eso, por chupa medias, so pena de ser tratados como traidores a la Patria y so pena de quedarse fuera del festín y el repugnante papel de títeres y actores de oficio.
Siga en eso, señor Presidente y no se deshaga de su ego y de su soberbia para comprender que este pueblo se cansó de tanta corrupción, de verse en las mismas condiciones, se hartó de tanta claridad pa afuera y tanta oscuridad pa la casa; de tener que postergar sus proyectos, de ver que la moral siga en huelga y de resignarse ante el hecho de que aquí no hay nadie preso, de que la corrupción nos lleva por los cachos, de que el Fiscal General, por nombrar un emblema nacional, es un insulso poeta que en su falsa modestia se limitaría a presidir cualquier prefectura de pueblo de este país, cosa que yo no le confiaría ni en el mejor de mis momentos de tolerancia democrática Siga rodeándose de tanta ineptitud, siga eligiendo a dedo, ni más ni menos eso institucionalizaba la reforma, a aquellos que pueden solventar los problemas básicos de este país, que al final siguen siendo los mismos. ¿A quién le toca ser Ministro de Relaciones Interiores ahora? ¿Y a quién Vice-Presidente, dado que Jorge Rodríguez no pudo ni liderar el Comando Zamora? En eso se ha diluido este gobierno. En una cambiadera de nombres. En un “hacerse de la vista gorda” ante las urgencias de este pueblo. En eso de seguir tolerando lo que humanamente ya no era tolerable. En un país de cómplices se ha vuelto el paisaje de la Patria.
Esta misma gente inepta le dará su acostumbrada justificación: los “camaradas” no trabajaron como era; no se profundizó la idea del Socialismo, el Imperio y la Oposición hicieron lo suyo. Eso le dirán. Usted verá si les sigue creyendo.
Pero lo cierto es que ningún Socialismo saldrá del seno de un hombre o de un grupo de hombres y mujeres que se olviden del pueblo. Ninguna idea vaga acerca de la Revolución saldrá de las entrañas de ningún Gobierno, así invoque a voz partida las canciones de Alí Primera o la memoria de nuestros libertadores. Por tanto, Presidente, conviértase en ese pueblo, conviértase en él y demuéstrelo con hechos. Ya no queremos ningún héroe. Ya no necesitamos tanto discurso ni salvadores celestiales ni nada de eso. Así que si quiere una Revolución tendrá que convertirse en pueblo, en hombre de pueblo y actuar como tal. Este país necesita hombres y mujeres de carne y hueso y que la revolución no sea una utopía basada en los desaciertos o ideales de gente que ya ha muerto y que lo que queda es enterrarlos, y que Dios perdone sus pecados, llámese Marx o llámese Fidel. Si es que hay que enmendar algo, deshágase de los falsos profetas que tiene a su alrededor, haga una redada y siéntese a planificar un país, tome las decisiones que hace tiempo esperamos que que usted tome con los que verdaderamente lo apoyan que no es otro que ese pueblo al que nombra tanto, pero al que finalmente usted también le dio la espalda el justo momento en que pensó que era necesario reformar una Constitución que en NINGÚN momento se puso en práctica y cuyo principal beneficiado o afectado, había sido eximido de participar: el pueblo. ¿Había garantía acaso de que la reformada se iba a poner en práctica?
Reflexione. Si uno es sentimental y le da por ser más que pesimista, no le costará nada sacar cuentas y decir que la Oposición ganó por más de 7 millones de votos. Reflexione. De no ser así a usted se lo va a tragar la Historia; de no ser así usted corre el riesgo no sólo de aumentar la incredulidad de 3 millones de almas, sino la de aumentar también la del resto de un pueblo que definitivamente quiere cambios.

3 comentarios:

Protheus dijo...

La foto el Muro de los Lamentos... Creo que no es coincidencia, y 1dice mucho!, jaJAJA.
Excelente.

alfredo447 dijo...

El pueblo no está preparado para el Socialismo

Y tal vez el presidente no estaba preparado para el pueblo.

El 2012 me parece tan lejano a veces. No sé qué puede ocurrir de aquí hasta allá.

More dijo...

Protheus: saludos para tí y bienvenido.
Alfredo, amigo sí es probable que el pueblo le haya quedado grande al presidente. Ojalá que no ocurra nada que tengamos que lamentar de aquí al 2012. A veces siento el mismo temor cuando pienso apenas en diciembre de 2008.
Saludos.