Abril

Por razones de espacio no publico aquí el discurso del presidente Chávez aparecido en “Las líneas de Chávez” hoy domingo 12 de abril y que expresa, salvo por un detalle, el sentir de los venezolanos en estas fechas, pero podrán conseguir el discurso completo en la página de Aporrea. En estos días me tuve que quedar prácticamente presa en mi casa por lo que pude ver por enésima vez las dos versiones de un mismo hecho y ser testigo una vez más del crimen que cometen los medios de comunicación privados a la hora de “informar” a los usuarios. Y hay que soportarlos.... por ahora.

Y a lo que vinimos:
Cito al Presidente “…No nos cansaremos de repetir la gran verdad de que aquí lo que hubo el 11 de abril, fue un cobarde golpe de Estado para dar al traste con el sistema de gobierno y la nueva República que nuestro pueblo se dio desde 1999” Uno nunca sabrá con exactitud suiza qué fue lo que ocurrió verdaderamente ese día porque, por ejemplo, no puedo imaginar a los militares en Chile, pidiéndole a Allende la renuncia y a su vez, Allende, poniendo condiciones para renunciar. Los militares fueron a tumbar a Allende y éste se enfrentó a ellos. Punto y se acabó. Entonces, una de dos, o estos militares de aquí son unos imbéciles, mejor dicho más imbéciles de lo que uno pensaba, o los chilenos (militares) son más ortodoxos que Pedro el Grande y Nicolás III juntos y revueltos, que ya es decir demasiado.
Tampoco se entiende, como no se entendió en su época, cómo fue que Lucas Rincón pudo seguir ocupando cargos públicos importantes habida cuenta de que la única neurona de la que disponía su cerebro la había usado mintiéndole al país cuando dijo que Chávez había aceptado renunciar… Pero en fin, aunque atípico, aquí se perpetró un golpe de Estado hace 7 años, como dice el Presidente, “un cobarde crimen” por el que decenas de personas tendrían que estar presas, y estaciones de televisión, radiodifusoras y diarios tendrían que estar cerrados y con sus respectivas telas de araña colgando.
Todos estos años me he imaginado que en Francia, por ejemplo, hubiera pasado lo que aquí en el 2002. Que hubieran derrocado al gobierno, que hubieran disuelto de un trancazo todas las instituciones democráticas, el congreso… que hubieran borrado, en una palabra, la Constitución de ese país apoyado por los Estados Unidos de Norteamérica y además secuestrado al Presidente Me pregunto si una vez restituido el gobierno habría habido amnistía para los autores y alcahuetes de tales crímenes. Hago el mismo ejercicio para cualquier país de América Latina, y llego más lejos imaginando que pudiera haber sucedido en la tierra de la Libertad, y la verdad la respuesta a mis divagaciones sigue siendo un NO, un rotundo NO. Hay en algunos países de la tierra hasta pena de muerte para crímenes semejantes.
Hemos tenido que esperar 7 años para que se comience a hacer justicia y que a los criminales, para esta parranda de fascistas que es la Oposición en pleno, niños Jesús descalzos, POR FIN se les haya condenado. Pero, sin duda tales acciones constituyen una esperanza de que a la Justicia se le terminará de caer la venda y esa dama tantas veces ignorada y pisoteada tenga suficiente libertad para procesar, siguiendo las palabras del Presidente,”a los autores intelectuales, aquellos que planificaron, provocaron y dirigieron, en armónico concierto con funcionarios de la Embajada de Estados Unidos, la masacre y criminalización de las víctimas de Puente Llaguno y los días subsiguientes…” Justicia, en el sentido más religioso de la palabra no habrá, porque en ese caso y aprovechando la fecha, justicia sería que resucitaran los 19 muertos. Pero algo se está haciendo y se tiene que seguir haciendo porque el 11 de abril es un día que se ha venido repitiendo todos estos años como un eco. No hay un día en que estos seres no atenten contra nosotros. Cada vez que Ledezma habla por televisión, aquí hay un golpe de Estado. Cada vez que Yon Goicochea abre la boca para defender a Manuel Rosales, cada vez que Ramos Allup agrede el silencio con su voz espantosa y su discurso fascista, cada vez que Marta Colomina vomita veneno en público por un asunto que llaman radio, cada vez que ocurre eso, en este país se está perpetrando un golpe de Estado. No importa que no veamos a Lucas Rincón ni sus inútiles estrellitas por televisión: Carla Angola y Capriles Radomsky se la pasan pidiéndole la renuncia al Presidente y para ellos el Presidente la aceptó sólo que ellos le permitieron trabajar el preaviso. Huye Manuel Rosales y es como si Carmona volviera a huir.No importa que los militares no se lleven a Chávez a la Orchila: cada vez que Leopoldo Castillo sale al aire y utiliza eso que llaman espacio radiofónico, que según las leyes nos pertenece, yo tengo la sensación de que Globovisión está secuestrando otra vez al Presidente, de que alguien me está disparando a mí y a mis hijos y a mi gente y que todos los hogares donde esa porquería se sintoniza son miles de Puentes Llagunos en que inocentes caen muertos.
Aquí siempre hay un 11 de abril intacto. No es preciso que se derrame la sangre inocente de nuestro pueblo.