jueves, 2 de julio de 2009

A CUATRO DÍAS DEL GOLPE DE ESTADO

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Uno casi entiende que eso que llaman “los medios de comunicación venezolanos” (privados) se empeñe en hacernos ver que lo ocurrido en Honduras no fue un golpe de estado. Uno lo entiende por lo simple: esas cabezas no dan para otra cosa que no sea repetir. ¿Qué decimos hoy? Oigamos a CNN, ellos nos darán la pauta. Por eso, nuestros queridos medios hablan de “separación forzada” y no de golpe de estado.
La cosa en otras épocas hubiera parecido francamente patética por eso que llaman ética profesional y apego a la verdad, conceptos que alguna vez pudieran haber estado vinculados con la idea del periodismo. Pero hoy por hoy, el asunto se ha vuelto de un normal que si uno se asombra todavía es porque uno es un requetependejo.




Estos cuatro días, después del golpe de estado en Honduras, podrían resumirse así:




1) La mayoría de los países del mundo rechazaron, deploraron, consideraron ilegítimo, dijeron “guácatela”, al golpe de estado, mientras la ultraderecha y su prensa lo justifica de una manera que recuerda la teoría de Darwin según la cual el hombre desciende del mono (con el perdón de los monos)



Botones de muestra hay demasiados, pero citemos los últimos:



Álvaro Vargas Llosa no le dio ni pena cuando soltó estas perlas: “la culpa de lo que pasó en Honduras el domingo pasado es enteramente del ex presidente Zelaya” (…) “La OEA, en boca del Secretario General Insulza, ha actuado como el perro faldero de Venezuela. (…) Insulza y otros presidentes populistas no dijeron nada sobre la conducta dictatorial de Zelaya previa a los eventos del domingo, lo que sirvió para reiterar la postura autocomplaciente de Venezuela”



Por otra arte, en uno de sus editoriales el Wall Street Journal afirmó que “el golpe fue extrañamente democrático” (¡Santa Eduvigis!)



Y bueno, lo de Teodoro Peckoft, en su editorial de hoy 2 de julio, no tiene desperdicios: “Insulza está buscando la reelección al cargo que hoy ostenta (…) es inaceptable que el señor Insulza corteje de modo tan obsceno y descarado a los países de los cuales espera el voto, subordinando a su aspiración la sindéresis…”



2) En Honduras todo ha estado de maravilla, de un normal que recuerda indefectiblemente a Suiza, pero uno no se explica porqué el “gobierno”, desde el lunes, decretó toque de queda, hay manifestaciones, paro de transporte, censura a los medios, y hoy suspendió TODAS las garantías constitucionales.



3) Nuestro Presidente no sólo manifestó su solidaridad con el pueblo hondureño. No. Él fue más allá: "Derrocaremos a Micheletti, les mandaremos nuestro ejército". Palabras más, palabras menos. Los problemas de cada país latinoamericano son los problemas de todos los latinoamericanos, pero ¿qué es eso? A veces hay que respirar profundo antes de hablar.




4) La OEA le dio 72 horas al “gobierno” de Honduras para que restituyera en sus funciones al presidente Zelaya, 72 horas que le saben a plin a Micheletti y a la banda de delincuentes que lo acompañan.



5) Por su parte, el pobre Obama no encuentra que hacer sino rezar: si dice abiertamente que hubo un golpe de estado y reconoce a Zelaya como único presidente legítimo de Honduras, entonces lo acusan (los demás y su conciencia) de pro-chavista. Si se pone de parte de Micheletti, se pone en contra de todos los demócratas del mundo. Por eso ni corre ni se encarama, como decimos aquí.¡Pobrecito! No puedo evitar compararlo con Claudio Fermín.


Dicho esto, las únicas cosas que le pido a dios nuestro señor que está en los cielos son:




1) Que vuelva a instalarse en Honduras la Democracia y sea restituido el presidente Zelaya.



2) Que de ser así, a Zelaya no le dé por estar “perdonando” a esa cofradía de buitres, así como hicimos aquí, para que después le hagan la vida de cuadritos. Las leyes hondureñas deben decir lo mismo que dicen todas las leyes del mundo: que los delincuentes deben estar presos. Así que ojalá los meta presos.



3) Que al presidente Chávez no se le olvide el asunto y en la primera ocasión que se encuentre a Micheletti o a uno de sus gorilas (con el perdón de los gorilas) en alguna de esas inútiles cumbres, o en cualquier partida de dominó, le vaya a salir con un abrazo o le regale el texto de Galeano o un poster del Ché Guevara. Ya está bueno de la vaina.



4) Que si a Mario Vargas Llosa o al hijo se les ocurre venir a Venezuela, aunque sea con el pretexto de admirar las gramíneas en el Macizo Guayanés, se les niegue la entrada porque ya fascistas tenemos suficiente en este país pa aguantarse a estos dos.

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* Caricatura cortesía de Venezuela en Revolución.