jueves, 4 de febrero de 2010

Divagaciones nocturnas ¡¡Y tal!!


Mi amigo fulanito de tal, que estudió conmigo bachillerato, tenía el sueño hermoso de gobernar al país.
Mi amigo fulanito de tal nació y creció en el seno de una familia de clase media copeyana donde el doctor Caldera ocupaba un lugar significativo en la mesa y en los recuerdos de la historia familiar.
Así, mi amigo fulanito de tal creció con una justificada admiración por este ciudadano muerto, o mejor dicho, enterrado el 24 de diciembre pasado, y su máxima aspiración fue la de estrechar la mano de su padre intelecto-espiritual.
El hecho histórico, o mejor dicho, el momento sublime y multi orgásmico le ocurrió a mi amigo fulanito de tal cuando recién llegado del exterior, luego de estudiar una cosa así como biogenética nuclear aplicada a los protozoarios y hectoplasmas, fue a parar a una reunión en el que el magnánimo Caldera estaba de cuerpo presente y todavía no necesitaba traductor para hacerse entender.
A mi a amigo fulanito lo veía en ciertas épocas del año: dueño de una pequeña empresa, profesor universitario, alquilado, y contratista del primer gobierno de Enrique Salas Feo. Vehículo año 82 sin aire.
A mi amigo fulanito de tal lo encontré un buen día del año pasado en un centro comercial de esta ciudad. ¿Qué estás haciendo amigo mío?
Estoy asesorando al camarada Alcalde menganito.
¡¡¡Y tal!!! ¿Cómo así?
Bueno, (con voz de Raúl Amundaray recitando “Píntame angelitos negros”) tú sabes que yo toda la vida fui un humanista revolucionario.
¡¡¡¿En serio?!!! Y cuando le iba a preguntar por Rafael Caldera, me dijo: Ven y te cuento.
No me sorprendió que mi amigo fulanito de tal ya no tuviera su viejo vehículo, porque al que se esfuerza, Dios y la Revolución lo premian. Pero sí me sorprendió una camioneta del mismo tamaño de un avión 747, mira darling, importada, que de vaina no hablaba, y que según me comunicó, había adquirido con dinero de su propio peculio. Al subirme al aeroplano, lo primero que vi guindando del espejo retrovisor fue la ficha donde se deja constancia que mi amigo fulanito de tal está debidamente inscrito en las excelsas filas del PSUV. ¡¡¡Y tal!!!En ese momento lo llamó un camarada concejal para finiquitar una reunión donde se discutirían los nuevos lineamientos de la imagen política del ciudadano camarada y compatriota Alcalde, quien, para tomar decisiones revolucionarias, necesita asesores políticos que de niños sintieron profunda admiración por el doctor Rafael Caldera, que más revolucionario que el doctor Caldera ni que revivamos a la momia de Lenin.
Y me dije qué éxito el de mi amigo fulanito de tal.
Acepté su invitación a “bailar” con cierta resignación y con la idea de recobrar aquellos tiempos en que fuimos irresponsablemente jóvenes, o más o menos como diría Marcel Proust, como para buscar el tiempo perdido, en la memoria no de unas magdalenas mojadas en té, sino de algunas voces mojadas en alcohol. Con esa intención me fui con mi amigo fulanito de tal, ahora convertido en un camarada humanista revolucionario, cosa que puse a un lado para no arruinar un pasado digamos que tierno. Nos juntamos con otra pareja que también formó parte de nuestras mocedades y después de la media botella de whiskie, la señora me comentó como se podría comentar un secreto de estado si en este país los hubiera, vale decir en el oído pero a gañote partió, que, en aquellos tiempos de vida errática y con un Caldera ya jubilado, mi amigo fulanito de tal formó parte de un grupo clandestino que planeaba un golpe de estado contra el presi Chávez y tal, cosa que yo no creí, no porque mi amigo en algún momento de su vida no haya querido tumbar al gobierno (al fin y al cabo eso y más quiere harta gente en este país, de modo que pecado no debe ser) sino porque grupos clandestinos con tales intenciones no hubo ni hay ni habrá: aquí están de un “bandera” que si uno llama al 113 de CANTV le dan su ubicación y teléfono, y hasta se pueden encontrar en Google, FEISBU y ahora en TUITER. Algunas otras perlas me soltó la amiga, como que otro fulanito de tal, compañero también de nuestra juventud y con un altísimo cargo en el gobierno, hace no más de dos años mandaba limosinas y guardaespaldas para que buscaran a una amante que tenía y que era vecina de ella, cosa que hizo hasta que la amante se enamoró y le pidió al segundo fulanito de tal que echara a la basura su fabuloso matrimonio de 20 años.
Llegué a mi casa después de la media noche, preguntándome cuántos fulanitos de tal como aquellos formaban parte del gobierno, cuántos iguales a ellos estaban inscritos en el PSUV. Preguntas estúpidas y ridículas ya lo sé. En fin que me acosté defraudada por más de lo mismo, comprendiendo una vez más que seguimos en la misma IV república de corruptos y embusteros; me acosté haciéndome otra pregunta tonta: ¿no será que lo que hicimos fue refundar el partido Acción Democrática sólo que sin la antorchita? Y bueno aquí imaginándome cuánta gente “inocente” exhibe su carnet del PSUV como si fuera el acto más revolucionario del mundo.
Al no poder conciliar el sueño por tan dulces y encantadores pensamientos, encendí la televisión con la mala suerte de que lo primero que vi fueron las declaraciones de la titular del MINCI, diciendo que pediría a la Fiscalía (ja-ja-ja) que abriera una investigación al diario “Tal Cual” por el artículo gafo de Laureano Márquez, ya que el mismo “evidencia el clásico libreto fascista para derrocar al gobierno revolucionario” O sea que vamos a suspender el largo estado vegetativo en el que se encuentran los ciudadanos fiscales de este país, porque Laureano y Teodoro Peckotf quieren tumbar a Chávez (una vaina que la sabe hasta los esquimales de Groenlandia) cuando los que realmente lo están tumbando hace rato son los mismos camaradas y compatriotas del gobierno, pero como a Chávez no se ha dado cuenta o no se le ha ocurrido decirlo, a ella tampoco se le ocurre. O sea, que a ella lo que le preocupa es que tumben a Chávez mientras la salud mental de los que leen esa mierda, le sabe a peritas de Estocolmo (en flor).
Entonces yo esa noche me la pasé sin dormir y tal.
Y como estoy en esa de poner en práctica lo que voy aprendiendo de mis meditaciones en las que se hace énfasis en la importancia de ser agradecido y tal, entonces di gracias a dios por jamás haberme inscrito en el PSUV, para que ningún camaradafervienteadmirador del muy ilustrísimo y coñoesumadre Rafael Caldera, o de Ramos Allup que viene a ser lo mismo, me venga a llamar camarada, palabra que he odiado toda mi existencia. Y di con júbilo agradecimiento por no tener que ir a una reunión de ese partido a oír a una caterva de idiotas repitiendo hasta el cansancio lo que dice Chávez y retractándose si es que Chávez se retracta. Vale decir que me acosté diciéndome que la política es una soberana mierda por la que no vale la pena sacrificar un minuto de sueño. Amén.

2 comentarios:

3rn3st0 dijo...

Que vaina More, que vaina que eso que te tocó vivir no es más que una escena del día a día en nuestra querida Venezuela :-(

More dijo...

Lamentablemente, querido.Llegué a mi casa de un decepcionado...
Abrazos.