Ah, Presidente qué vaina. Anoche cuando hablé contigo te veías tan feliz, tan aliviado. Me interno en este espacio como si estuviera en mi habitación, en mi habitación están mis hijos con una cara de tristeza que pa qué te cuento, presidente. Estoy sola en este espacio, embargada por este sentimiento tan extraño, tan jodido, porque cuando yo te vi por última vez, estabas bajo la lluvia y tú eras como la lluvia, y tú eras en realidad la lluvia que nos bañaba a todos, que nos arreciabas en el cuerpo, en la conciencia. Y era alegre aquella lluvia, como alegre eras anoche cuando hablamos. Veo tu foto y sigo sin creer esta noticia. Estás tan vivo, tan vivo en esos niños, tan vivo en mis amigos, tan vivo en mis hijos. Tan vivo estás en mi gente. Cónchale... Cónchale!!
Trata de volver rápido. Que yo no tengo de quien hablar, que yo no tengo de quien quejarme, porque como ya sabes tú, esta oposición es una mierda. En esa palabra vive y muere ella. Vuelve, vuelve que yo no sé a quién criticar o quien decirle "así se hace, nojoda" Haz lo que tengas que hacer y vuelve, presidente...Que viejos y como estemos, nuestro corazón habrá de reconocerte y habremos de celebrar la Victoria de nuestro Pueblo. ¡¡¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, COMPAÑERO!!! Nos vemos, POR AHORA, en mis sueños.
CAMBALACH
Somos lo que defendemos.
martes, 5 de marzo de 2013
jueves, 3 de enero de 2013
Pido salud para Chávez
Escribo este artículo a sólo una semana de
la toma de posesión del presidente Chávez. Pensaba hacer unos comentarios de un
texto que he leído este diciembre, pero no hay nada que ocupe más mi atención, y
sé que la de muchos, que no sea la enfermedad del presidente. Al respeto, son
muchas las especulaciones que los medios de comunicación han hecho. Algunos han
dicho que está agonizando, otros sin más ni más, lo dieron por muerto. Ningún médico tratante
ha dado declaraciones al respecto, sólo los más allegados a Chávez han descrito
su situación delicada pero estable; el más optimista, Maduro, ha dicho que en
el paciente prevalece una férrea
voluntad hacia la vida. Pero no sabe nada con certeza. Pareciera que ellos
mismos ignoran su verdadero estado de salud, pareciera que es grave, muy grave,
a juzgar por la cara de tristeza de los que estuvieron en la misa oficiada en
Caracas para pedir por su recuperación. Como todo lo que rodea a Chávez tiene
carácter de cosa popular y por ende de sorpresa y asombro, las
manifestaciones del pueblo no se han hecho esperar: raperos, cantantes de
hip-hop, joroperos; poetas, escritores, gente común, han manifestado sus sentimientos, amén de los
innumerables mensajes de texto que nos llegan al teléfono invitándonos a hacer
cadenas de oración por la salud del
Primer Magistrado. No dejan de asombrarme estas cosas y con ese asombro me he
encontrado una vez más preguntándome qué tiene Chávez, qué hay en él que hace
que millones de personas, creyentes y no tan creyentes dentro y fuera del país,
se aferren hoy más que nunca a su Dios, a las Vírgenes, o a una imagen
cualquiera, para arrodillarse y poner entre esa imagen y él, ese único deseo que ferviente les sale del
corazón: Dios, haz que mi Presidente
sane. Hay cosas que la
Historia oficial no podrá explicar jamás. No sabe cómo, no
tiene el lenguaje para describir este
sentimiento, no se puede echar mano del lenguaje científico, supuestamente
objetivo, de la Historia
para explicar tanto. Su lenguaje servirá para dar cuenta del Chávez que nació
en Sabaneta en 1954, que dio un golpe de Estado en el 92 y que fue presidente
entre 1999 y X fecha; con él se enumerarán las obras que se hicieron durante su
gobierno, y probablemente en Google encontraremos que en lugar de gobierno diga
dictadura. Pero la Ciencia
no podrá evaluar lo que realmente significa el presidente. De decir quién es o
quién era, se encargará el imaginario popular. Únicamente su léxico sabio podrá
dar con la expresión exacta para significarlo a él, y en torno a su ser,
describir la devoción, la cándida devoción que le ha profesado en todas sus
circunstancias. De hecho, ya lo está haciendo en sus coplas, en su reggaeton,
en sus rapeos, en sus versos y en sus oraciones. De modo que el verdadero
Chávez, si ha de estar preso entre las páginas de un libro, será en el de la
poesía del pueblo.
¿Qué tiene Chávez, aparte de una enfermedad
estúpida? Me lo sigo preguntando. Lo
hice la noche del 31 en que por primera vez
hice el ritual de las uvas y mi primer deseo, fue por el
restablecimiento de su salud. Lo hago ahora
que observo cómo el corazón de la gente se abre en tan colorida gama de
sentimientos que bambolean entre el cariño ingenuo o fiero, la solidaridad y la gratitud. Lo hago cada vez que mi hijo Horacio me consulta, como
si yo fuera el Oráculo de Delfos o una Adriana Azzis cualquiera, en torno
a si creo que Chávez mejorará. Me lo pregunto en este instante en que entre
mis manos tengo un pedazo de papel teñido de rojo, que pegado a los restos de
un globo, encontré en mi jardín el primero de enero y que decía “pido salud
para Chávez” Y la respuesta es tan simple como nada. Porque, si nos ponemos a
ver, por fortuna, nada hay de deidad, ni
de héroe, ni de superhombre en él. Nada. Chávez es como cualquiera, suda, se enfurece, se equivoca, acierta, se vuelve a equivocar, Chávez va al baño… y todos sabemos que defecar
no es exactamente asunto de dioses… El Presidente se voltea para ver “un
culito” como dicen mis alumnos, dice chistes malos, espeta groserías, grita,
eructa…
O a lo mejor es justamente eso, haber
comprendido que Chávez es tan común y tan humano como nosotros; que él es el
rostro ordinario, alegre o sufrido, de todos nosotros. ¿Quién no reza por uno
de los suyos? Pero si existe alguna otra respuesta
probablemente ésta tenga que ver con un recuerdo que tengo de la niñez. Estaba
muy triste, no sé porqué tan triste, en un rincón del solar, y mi abuelo fue,
se agachó a mi lado, y me pasó la mano por la cabeza. Sólo con ese gesto me
dijo cuánto me quería, sólo ese gesto me ayudó a levantarme. Eso hizo Chávez. Pasó la mano por la cabeza a quienes no tuvimos otra realidad que no
fuera la tristeza de vivir en medio de tanto abandono y de tanta mierda. Y nos
ayudó a levantarnos… lo cual sería
suficiente para entender que en el cielo
del 31 de diciembre, no sólo uno, sino decenas de globos pudieran haber llevado a las
estrellas estas palabras tan nuestras: “pido salud para Chávez”
sábado, 7 de mayo de 2011
NASA comprueba teoría de la relatividad de Einstein
Se acabaron mis tormentos, ya puedo dormir mejor, ya mi vida está resuelta. Adiós insomnios, adiós preocupaciones:, la Humanidad está de júbilo: hace unos días Guillermo de Gales y Catalina Middleton contrajeron nupcias, Obama la devolvió la esperanza al mundo dando muerte a Bin Ladem y con broche de oro cierra la NASA, comprobando algo que nos hacía tanta falta.
Nojoda, años atrás también comprobaron que el pobre Einstein tenía razón con la bomba atómica. Claro que pa la comprobación hizo falta Hirochima y Nagasaki.
Ahora, hombres de Ciencia, eruditos, intelectuales, díganselo a los pobres, a los que amanecen y se acuestan sin ninguna certeza del mañana; a los que no tienen qué comer, a las madres que ven cómo asesinan a sus hijos por un par de zapatos. Díganselo a las personas que perdieron a un ser querido en una guerra absurda. Díganselo a los que por culpa de ustedes no tiene fe. ¡Díganselo, hipócritas!
Yo lo menos que espero es que la respuesta sea un sonoro váyanse a la mierda o por lo menos esto:
viernes, 15 de abril de 2011
De Angélica, las toninas del Acuario y de cómo hago yo pa que el Alcalde no joda tanto
Los que alguna vez leyeron lo que a mí se me ocurría escribir aquí me han preguntado porqué dejé de hacerlo, a lo que yo he respondido con ciertas evasivas tales como: Mercurio está retrógrado.... los "hermanos" me lo prohibieron.. ahora practico yoga o cosas parecidas. La verdad no hay forma de desligarse de este asunto que nos atañe a todos (o debería) los que vivimos en este mundo, pero ahora me ocurre que el 95% de lo que pasa en el ámbito de la política me causa risa, hasta el colmo de extrañar Radio Rochela. Creo que no estoy sola en este sentimiento: hay gente más reconocida que yo que asume la política con humor, como por ejemplo los Robetos (Como ustedes pueden ver)
La cosa es que cuando intento escribir algo serio a mí me da por acordarme de aquella vez que Beslusconi se estaba comiendo los desechos sólidos que producía su nariz (léase "mocos")y de cuando le dieron a Obama el Nóbel de la Paz y de cuando Müller Rojas (que mi palabra no lo ofenda) jugaba con sus dientes postizos en medio de una sesión de la Asamblea Nacional. No hay forma ni manera de que yo no recuerde esos eventos cuando procuro ponerme seria. Lo juro por santa Eduvigis.
Pero el asunto viene por FACEBOOK, por todos los que escriben quejándose del deceso lamentable de unas toninas del Acuario de Valencia. Fotos, videos, pancartas, llegan a diario despotricando, quejándose, cuestionando la gestión del Alcalde por la muerte de esos animalitos. Comprendo la indignación de ellos, debe ser que con el tiempo nos volvemos sensibles al mundo natural, ese que despedazan en nombre del progreso.
Y bueno, hoy una colega, Angélica, me dijo que al señor Parra no lo vence semejante pormenor y va a traerse otra tonina de Apure, porque es que el pueblo carabobeño necesita esas distracciones, esas recuerdos dulces de Miami, o lo que es lo mismo, aquí nos vamos a morir de hastío a cuenta de que no hay toninas que nos alegren la vida... Al final de cuentas, ¿quién puede extrañar una tonina en Apure? ¿para qué sirve una tonina en Apure cuando los citadinos carecemos de la cantidad de sambiles que son necesarios? Es más, ¿dónde coño queda Apure, en un país de reducidas 7 Caracas?
Nadie. Nada. En ninguna parte...
Esta es la razón por la que no escribo. Me pasa como a los antichavistas: ese único 5% inexplicablemente adquiere un valor absoluto superior a su resto y me empaña el día y cualquier risa. Me pasa que ni siquiera la voz de Ramos Allup, que me parece el sonido más cómico de este planeta, logra arrancarme una piazo de sonrisa y empiezo a hacerme preguntas inútiles y necias: ¿Por qué el gobierno que preside el señor Parra persiste en un lugar donde se tienen animales prisioneros y después sale hablando de Libertad, Socialismo y esas mariqueras; cómo se le explica a ese señor que esas toninas, y las mapanares y las cotorras y cuanta lombriz se haye en cuativerio en ese Acuario, deben dejarse en el lugar donde pertenecen; qué culpa tienen esos animales de que por el cerebro del ciudadano Alcalde, la idea de una cárcel de mascotas, adquiera, como por arte de magia, el deslumbrabte rasgo de bienestar social y socialismo puro?
De ñapa, mientras escribía mentalmente esto, mi colega se bajó del carro y por despedida me echó en la cara esta pregunta "¿será que está loco, More?
No, le dije... él está como todos los políticos de este país: planetario
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lunes, 14 de marzo de 2011
MI ESCUELA
Siempre fui de la idea de que en este país debían cerrarse todas las escuelas, liceos, universidades y cosas parecidas: la educación que sólo sirve para formar individuos que puedan luego insertarse en este sistema podrido, inhumano, no sirve pa una mierda. Hay en ello tal vez un sentimiento de ingratitud, pues porque fui a la escuela y a la universidad, me leí unos cuantos libros de los cuales me enamoré perdidamente. Y, ¡quién sabe si los hubiera leído sin necesidad de la educación formal! Pero en estas tardes en que escuchaba a mis niños de la escuela me dije a mí misma que ciertamente la educación, el conocimiento, es esa porquería por medio de la cual las personas no se hacen necesariamente libres o críticas de la sociedad en que les tocó vivir, como debería ser, pero es mejor eso a cosas peores. Por ejemplo tengo un alumno que desertó porqué no tenía zapatos para ir al colegio y entonces quería irse a trabajar no sólo pa tener zapatos sino para ayudar a su mamá cuyo marido, que no es el papá de él , “sapeó” a unos malandros y por eso anda escondiéndose. También tengo una niña de actitud agresiva, se roba los libros de la biblioteca y a veces se le ve abstraídamente triste: una de estas tardes supe que había sido violada hace 3 años, es decir cuando tenía 10, por el padrastro. Tengo alumnos que trabajan como colectores de autobuses, niños que viven sólo con su papá porque sus mamás los abandonaron… por otra mujer. Tengo niños que a veces no tienen con qué alimentarse; que no van a la escuela porque no hay dinero para tomar el autobús. Tuve uno, el año pasado, que perdió una “evaluación” y cuando le pregunté que le había pasado me respondió que se le había manchado el uniforme con sangre: cuando venía al colegio, a las 11.30 de la mañana, unos sujetos mataron a su vecino y el abaleado cayó prácticamente a los pies del niño. Cuando escuché su historia observé que no había en él el menor rastro de horror. Lo dijo como quien dice: a mi mamá se le rompió el termo del café. ¿Es que no es sensible? No. Es que es lo cotidiano .Les pasa tan a diario que les resulta natural.
Entonces, particularmente, esa tarde que los escuchaba pensé que no, que no se pueden cerrar las escuelas y los liceos porque es el único sitio donde ellos pueden ir. Allí se sienten seguros, allí están a salvo de que la violencia, aunque sea por unas cuantas horas, no los alcance, no los toque. Paradójicamente, la escuela es el único lugar que los aparta y los une al sistema irreversiblemente. Los que “educamos” o “formamos” estamos en el deber de que su estancia allí sea provechosa, buscando las alternativas de la “enseñanza”, suministrándole otras herramientas que puedan ser más útiles a ellos. En eso, por lo menos yo, ando.
Todo lo que he escrito hasta ahora es una divagación, pedazos de pensamientos quizás dislocados, rotos, y con seguridad incoherentes. Esa divagación ocurre sólo porque no sé cómo decir que ayer noche unos salvajes incendiaron mi escuela, donde yo estudié, donde estudian mis niños. Se quemaron los expedientes de ellos, algunas de sus aulas, la seccional, la Biblioteca, los balones; algunos lugares se quedaron, por el fuego, sin techos. El viernes pasado llegué a casa toda llena de pntura, porque ese día habíamos pintado los salones. Apenas elviernes pasado olía a cierta esperanza y esta mañana cuando llegué allá, convocada por el Director a una reunión urgente, todo olía a quemado, a muerte, a absurdo. Lo mejor que pudimos sacar de todo esto es que los mismos vecinos se metieron por donde pudieron para apagar el fuego y salvar una que otra cosa… Siempre lo he dicho: la gente pobre es solidaria pa lante!
No sabemos cuándo reanudaremos las clases, lo que quiere decir que todo ese tiempo, esos niños no tendrán un lugar a dónde ir… a recibir una información que al final de cuentas no les sirve de nada, es verdad, pero por lo menos donde están exentos del peligro, de la violencia de su entorno familiar y del lugar donde ellos viven.
El mundo es una cosa seria, tomo esas palabras de mi abuela. Estamos estupefactos ante la tragedia que arropa al pueblo japonés (tal vez sea una forma del adolorido espíritu del Planeta para expresar sus ayes) Pero como ese dolor no es suficiente, hay personas que actúan de forma similar ensañándose, pero sin motivos, sin ningún motivo, contra los que más necesitan ser protegidos, los niños, y contra aquello que pudiera salvarlos: la escuela.
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